Sopa de pollo, huevo y maíz
Una sopa ottolenghiana reconstituyente y muy sabrosa. No le falta un perejil para brillar en tu mesa.
Puedes escuchar el texto completo en este enlace al podcast.
No hay duda de que todo lo que cocina Ottolengui entra por lo ojos. Hace poco compartió una publicación sobre los caldos en la que se hablaba –poco– de una sopa de huevo, pollo y maíz.
La receta no se desarrollaba más allá de dos ingredientes, el resto estaba oculto tras un muro de pago; pero me pico la curiosidad y me puse a cocinar una versión crockpotera a partir del título de la receta y su sugerente imagen.
Los ingredientes pedían a gritos una sopa asada. Encontré mazorcas en el mercado, espinacas frescas y tenía la nevera llenita de huevos. Todo estaba a favor de esta sopa, que es de las de partir con cuchillo: espesa, con cuerpo y sabrosa.
Maíz fresco, de lata o congelado
La temporada se alió conmigo para que pudiera echar mano de maíz fresco, pero no siempre es sencillo encontrarlo. Si no lo hay, puedes usar maíz de lata o congelado.
En este caso, no lo añadas en la primera cocción, resérvalo para la segunda, cuando se cocina el caldo con las espinacas y el huevo. Utiliza 2 latas de 150 g, añade la mitad en el paso 8 y la otra mitad en el paso 11. Si lo usas congelado, pesa 250 g y procede de la misma manera.
Alternativas a las espinacas
Creo que la combinación del huevo, el pollo y el maíz con las espinacas es fantástica, pero si no encuentras espinacas o no es tu verdura favorita, puedes usar repollo rizado o acelgas cortadas en tiras muy finas.
Preparación: 15 minutos
Cocción: 6 horas
Función: ALTA
Raciones: 4-6
Batidora trituradora
2 cuartos traseros de pollo
2 mazorcas de maíz
2 huevos