Cómo renovar un slow cooker oxidado
Una nueva vida, un poco más limpia y bonita, para un slow cooker con la carcasa oxidada.
No sé muy bien cómo ocurrió, pero, un buen día, mis dos slow cookers de 7,5 litros aparecieron cubiertos de una capa de óxido. Seguían funcionando, pero daba lástima verlos. Tengo mis sospechas de lo que pudo pasar. Como en los grandes acontecimientos catastróficos, una suma de factores.
Recuerdo que en algún momento los limpié con un paño impregnado en un limpiador de lejía. Creo que no les hizo ningún bien. La superficie de estos modelos no era esmaltada ni tenía el acabado de acero inoxidable liso como el de otras ollas lentas. Este parecía algo estriado y creo que por esas estrías les entraron todos los males.
Además, en ese momento nos mudamos al norte, a una zona muy húmeda, y se desató la tormenta perfecta del óxido.
Estuve un tiempo pensando en cómo solucionarlo, pero no me atrevía a pintar las carcasas. ¿Y si las pintaba y al calentarse la pintura se empezaba a agrietar y a caerse?
Después de cocinar con ellas varios meses con esta imagen tan paupérrima, decidí coger el manojo por las hojas y darles una capa de pintura.
Escogí una pintura para hierro antióxido en esprai. Además de la facilidad de aplicación, me pareció que el acabado iba a ser mucho mejor que si me liaba a dar brochazos. En la gama había colores lisos y un tono negro con acabado de forja que me gustó y me pareció que iba a disimular muy bien las posibles imperfecciones, porque era granuloso y con un brillo satinado.