Mira que de pequeños parece que la cebolla no nos gusta mucho; algo debe de tener que, junto al pimiento, hace que las papilas gustativas de los niños la rechacen. Lo bueno es que de mayores sabemos reparar los errores de la infancia y nos volvemos cebollófilos declarados.
De pequeña no comprendía ese ansia adulta de encebollarlo todo: el hígado, el bonito, la merluza, el pollo, etc. En algún momento sentí que como me descuidara un poco me iban a encebollar a mí, con mis muslitos y todo. Pero en la juventud lo comprendí todo.
Esta receta de bonito encebollado en slow cooker es otra de las delicias gochas que podemos disfrutar en la temporada de pesca del bonito del norte. Es una receta fácil como ella sola, de esas que prácticamente reunes a tres cebollas, les das unas instrucciones en plan coach y casi casi ellas solas se ocupan de todo. Bueno, solas no, haciendo equipo con la crock pot, esa entrenadora potente que tanto motiva a las cosas de comer.
Es una receta de las de dejar hace…