Puerros agridulces
Un plato tan sencillo que tiene un solo ingrediente principal. Estos puerros minimalistas conquistan al primer mordisco.
Puedes escuchar el texto completo en este enlace al podcast.
La receta de esta semana es tan sencilla como la imagen que la ilustra. La lista de ingredientes se hace algo más larga porque hay que dar sabor y sazón, pero hay un solo ingrediente principal, el puerro, que se basta solito para brillar en muchas elaboraciones.
En las huertas que hay cerca de casa la cosa se está empezando a poner interesante. Los calabacines crecen por minutos y cada pocos días aparece algún vecino con un ejemplar enorme que regalarnos. Estamos afinando la creatividad para cocinarlos sin caer en la rutina, pero la crema de calabacín no falta en la nevera.
Pero yo voy al puerro, que es lo que nos ocupa. Nuestro vecino Pedro plantó 200 puerros hace unas semanas. Nos dijo que no era tanto, que éramos dos familias a surtir y que en su casa los puerros se comían a saco. Yo me preparo y me relamo, soy puerrista.
Hoy, sin ir más lejos, hemos ido a comer a una taberna en lo alto del valle que es también tienda, y acababan de dejar una cesta enorme de puerros recién recogidos, con las hojas llenas de tierra. La cosa se pone interesante. Puerros por todas partes.
Los puerros
Aunque los más sabrosos y finos suelen ser los pequeños y delgados, para esta receta es conveniente utilizar puerros de gran calibre, porque pierden algunas capas en el proceso y si los escogiéramos pequeños se quedarían en nada.
Cómo servirlos
Estos puerros son un primer plato que puede servirse frío o caliente. También pueden servir como guarnición de carnes o pescados, para salir un poco de la patata frita o la lechuga.
Preparación: 10 minutos
Cocción: 3 horas
Función: ALTA
Raciones: 4
4 puerros
1 diente de ajo
200 ml de vino blanco
2 cucharadas de vinagre de manzana