Puchero de hinojos
El puchero más sabroso de la cocina granadina se deja hacer lentamente en slow cooker para que nos chupemos los dedos y le demos trabajo a la cuchara.
Puedes escuchar el texto completo en este enlace al podcast.
No deja una de aprender ni de encontrar pucheros y cocidos de los que desconocía la existencia. La última sorpresa potajera en mi casa ha sido el puchero de hinojos.
Llevaba tiempo queriendo hacerlo, pero los hinojos que encontraba en el mercado no traían las hojas, que son lo que se añade a este puchero, solo llegaba el bulbo puro, duro y pelao.
Hasta que salió el premio gordo cuando vi que en el huerto online en el que compro tenían hinojos. Como son amor, les puse una nota en el pedido para que me dejaran las hojas y compré tres piezas.
Cuando fui a la quesería a recogerlos, no fue difícil identificar mi pedido. De la bolsa salía la selva virgen hecha hinojo. Qué hermosura y qué aroma.
Del puchero dimos buena cuenta con mi vecina Marya y su familia. Siempre pido auxilio cuando saco a pasear el slow cooker grande para hacer cocidos. Ellas vienen felices y contentas a blandir la cuchara. Yo encantada de compartir.
El sabor anisado del hinojo no resulta nada invasivo. Acompaña y complementa el sabor de las carnes y legumbres, pero sin apabullar. Cuanto más cocinado, menos sabor. Si quieres que predomine, añádelo casi al final de la cocción.
Una ensalada de propina
Con los bulbos hice una ensalada de naranja e hinojo. Sencilla y sin mirar receta. Corté los bulbos en rodajas muy finas con un cuchillo afilado (se puede hacer con mandolina), saqué los gajos de una naranja grande1, recuperé el zumo que soltó y lo puse en los platos, añadí cebolla fresca cortada en rodajas finas, aceitunas negras, perejil picado, aceite de oliva virgen extra y sal.
Si no encuentras costilla salada
Cuando fui a comprar costilla salada, el carnicero me puso cara rara, me dijo que no solía tener y que si quería me ponía sal en una costilla. Se lo agradecí y le dije que ya me apañaba en casa.
Recordé el método para marinar rápidamente utilizando la envasadora de vacío. Si pones un alimento con una marinada en una bolsa o un recipiente de vacío y eliminas el aire con la envasadora, en pocos minutos queda perfectamente marinado.
Al hacerse el vacío, el alimento absorbe la marinada en un periquete. Esta es la explicación menos científica que vas a encontrar en Internet, pero es la mía, que no tengo bata blanca.
Es exactamente lo que hice con la costilla fresca. La puse en una bolsa de vacío, añadí sal gorda generosamente por todos los lados, y le di al botón. La mantuve unos 20 minutos envasada, abrí la bolsa, quité la sal que quedó pegada a la carne y directa a la cazuela.
Funcionó, porque no puse nada de sal y el puchero al final estaba perfectamente salado.
¿Qué puedes hacer si no tienes costilla salada ni envasadora de vacío? Salar un pieza de víspera con sal gorda. Embadurnas la costilla con sal gorda, la envuelves con film plástico y al frigorífico durante toda la noche o unas 10 horas. Pasado ese tiempo, elimina la sal sobrante y ya la puedes usar.
Preparación: 15 minutos
Cocción: 6 horas
Función: ALTA
Raciones: 6
125 g de garbanzos secos
125 g de alubias blancas
2 patatas grandes (600 g)
350 g de cabecero de lomo de cerdo
250 g de panceta o tocino fresco
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