El pollo al ajillo es una de esas recetas que mi madre borda. Sí, sé que la tuya también, pero el ajillo de mi madre... ¡ay! ese sabor, esos ajos confitaditos, ese pollo tierno. Uno de los recuerdos comilones de infancia más lúcidos que tengo es una cazuela de pollo al ajillo –una o decenas de ellas– sobre la mesa, y una barra de pan cortada al lado esperando para rebañar la salsa.
Hacerlo en slow cooker es muy fácil, pero esta receta sale mucho más rica si abusamos un poquito de la sartén al principio para sacar todo lo bueno de los ajos pochaditos, la piel un poco churruscada del pollo y el golpe de calor del vino. Puedes utilizar un pollo entero troceado, muslitos o, como es el caso, delicias de contramuslos, que un día caprichoso lo tiene cualquiera.
No seas perezoso en los preliminares porque te va a compensar, que luego el pollo se tira tres horas sin darte la lata en su retiro crockpotero. Esta receta de pollo al ajillo en slow cooker es perfecta para una cocina de diario, incl…