Menú semanal Plus | Segunda semana de mayo de 2024
Una cocina funcional y práctica. Compramos pan en París. Los hornos solares de Thierry, una lectura calmada y una teoría de la conspiración parodia. Los audios de La cocina privada, en Spotify.
Una semana más, el menú semanal llega para ayudarte a organizar las comidas y cenas de la semana que viene. En tu mano está adaptarlo a tus gustos y necesidades, seguirlo en parte o al pie de la letra. Haz tu lista de la compra y que el lunes te pille en perfecto estado de revista. ¡Que tengas una buena semana!
Encontrarás las recetas del menú semanal organizadas en la última sección de esta newsletter. Es posible que, dependiendo de su extensión, al abrirla desde el correo, la newsletter se vea cortada. Puedes expandirla haciendo click en el título, desde “Ver todo el mensaje” que aparecerá al pie, o desde los enlaces “Ver en navegador” o “Leer en la app” que encontrarás en la parte superior del correo.
Esta semana abrimos la puerta de una cocina con un estilo que podríamos definir como asequible, fácil de replicar y sobre todo, real, muy real. Este es el espacio donde desarrolla su faceta profesional Beatriz Cayetana, L’abondance de Bea, una cocina en la que se guisa, se amasa, se corta, se almacena, se fermenta y se crean contenidos gastronómicos.
Tenemos una cocina muy amplia, quizá la suma de varias habitaciones en las que han volado los tabiques. En ella se ordenan islas, penínsulas y encimeras que forman distintos espacios de trabajo, diseñados por su dueña para tener un lugar para cada cosa y para poder organizar tanto la vida cotidiana como las jornadas de trabajo, producción y grabación.
Los muebles son sencillos y funcionales: blancos y firmados por Ikea, combinados con madera aceitada sobre el lienzo relajante de un bonito suelo de madera en espiga.
Las paredes se han aprovechado montando algunos muebles altos y un espacioso frente de armarios con electrodomésticos integrados en el que cabe un bazar entero. Pero las paredes respiran, porque se ha dejado algún paño libre para mostrar utensilios de uso común ordenados en estanterías y colgadores.
La luz no falta en este laboratorio gastronómico. Entra por tres ventanales con salida directa al exterior, vestidos con unos sencillos estores que filtran el sol y matizan los rayos más molestos.
En el centro de la cocina hay una columna que ha sido la excusa para montar a uno de sus costados una península con barra: un módulo de almacenaje y una encimera que va volada en uno de los lados, crean una zona de desayuno con dos butacas altas.
Frente a la zona de lavado hay una mesa de servicio muy liviana pero con gran capacidad de almacenamiento. En ella vemos una estupenda colección de cocottes, listas para salir a jugar en cualquier momento.
Los chupchups se preparan en una enorme isla, la joya de esta cocina, construida con seis módulos de cajones y una encimera de mármol que enmarca una placa de inducción XL. Si miras al cielo desde aquí, verás un extractor integrado perfectamente encastrado en el techo.
Las lámparas colgantes, la pequeña zona de azulejos rústicos y la madera, presente en todo el espacio, dan calidez y tono hogareño a esta cocina funcional en la que no es difícil verse con el delantal puesto.
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Existe en París una panadería mítica en la que el pan es un elemento sagrado. Pierre León Poilâne comenzó a hacer pan en 1932, estableciéndose en la ciudad y creando la miche1 Poilâne, una hogaza de gran tamaño y miga muy densa, algo ácida, oscura y fácilmente reconocible por la P que se dibuja en su superficie.
A pesar de que son ya tres las generaciones de la familia que han regentado el negocio desde su inauguración, la receta de la miche no ha variado; tampoco sus procesos artesanales de producción –algo de lo que están especialmente orgullosos en la casa– que se siguen conservando en cada una de las cinco tiendas de la capital francesa y la de Londres.
La miche, que es su pan estrella, está elaborada con cuatro ingredientes: harina de trigo molida a la piedra, sal de Guérande, agua y levadura madre natural.
«Aquí, Pain Poilâne, hecho con masa madre, cocido en leña, con harina molida a la piedra», era el lema que se leía antiguamente en la puerta de las queserías, bistrós y establecimientos en los que se distribuía la Miche Poilâne. Hoy en día, se sigue encontrando en pequeños comercios a lo largo de toda Francia. Si pasas por Biarritz en un día de reparto, quizá puedas llevarte una miche entera o en porciones en 1001 Fromages.
Y si vas a París, tienes pendiente una visita para probar su miche o cualquiera de las variedades de pan y dulces que elaboran.
¿Cómo se pronuncia Poilâne? Entrena la pronunciación si vas a buscar una de sus tiendas en París.
El sandwich de pan de Lionel Poilâne
Imagina una fina rebanada de pan Poilâne tostado con mantequilla y servida entre dos rebanadas de pan con mantequilla sin tostar. Puede parecer una broma –y desconozco si está bueno– pero, además de una receta original de Lionel, es una manera de declarar que el pan se basta por sí mismo como ingrediente. ¿Te animas a probarlo con un buen pan?
Desde el mes de octubre del año pasado, las nuevas recetas tienen un audio de apoyo, aprovechando el formato de podcast de Substack. Estos audios permiten seguir las recetas sin necesidad de leer, y no pretenden ser un podcast en sí, sino solo un recurso más que puedes utilizar si te resulta cómodo.
La plataforma ha implementado esta semana la integración con Spotify para que los subscriptores de pago podáis escucharlas también allí.
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En 2020, Thierry comenzó a desarrollar su idea de producir hornos solares y deshidratadores solares artesanales. Están fabricados en madera y parecen la caja de los encantos con sus cierres, sus manillas, sus espejos y sus tapas. ¿Hacer un bizcocho o una quiche en un horno solar sin depender del gas ni de la electricidad? Los inventos de Thierry lo hacen posible.
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