Menú semanal Plus | Primera semana de noviembre 2024
Una cocina de estilo rústico contemporáneo. Una increíble técnica japonesa de carpintería. Minicasas dentro de turbinas, otra manera de forrar un molde y un deshielo descorazonador.
Una semana más, el menú semanal llega para ayudarte a organizar las comidas y cenas de la semana que viene. En tu mano está adaptarlo a tus gustos y necesidades, seguirlo en parte o al pie de la letra. Haz tu lista de la compra y que el lunes te pille en perfecto estado de revista. ¡Que tengas una buena semana!
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De la cocina de Angie Cabal solo conocemos un plano, pero es suficiente para enamorarnos de la simplicidad de líneas y la calma confortable que trasmite. ¿Podríamos definir su estilo como rural contemporáneo? Podría ser. Las vigas falsas de pino natural, que tapan unas antiguas vigas revestidas de pladur, son todo un acierto, y le dan un aire natural y cálido.
También el uso de materiales naturales como la madera clara, la enea de las sillas y el algodón de la alfombra, refuerzan ese toque rústico renovado que compensa la frialdad de los muebles de cocina, en blanco estricto y sin florituras.
La lámpara del comedor, que podríamos bautizar como el sexto Beatle (el título de quinto Beatle era de su productor George Martin), continua la tendencia natural. A pesar de su gran volumen, está perfectamente equilibrada en el conjunto de la habitación.
La mesa es una joyita. Cuadrada y amplia, permite que ocho personas se puedan sentar cómodamente, albergando un espacio agradable en el que la conversación puede ser seguida por todos los integrantes de la cuchipanda. ¿Has intentado charlar con tu primo Roberto desde la esquina de una mesa rectangular? Pues eso no pasa aquí.
Y como estrella absoluta de la estancia, una estantería grande, de madera, con paños amplios y puertas correderas de cristal con marco negro, que guarda un poco de todo: libros, vajilla, adornos o ingredientes; todo colocado con control, sin saturar, dejando aire en cada estante.
Todo de Angie en Azul Mostaza
La carpintería me atrae muchísimo. Aunque no me siento muy capaz de llevar a cabo proyectos complejos, porque dudo que pudiera trabajar con la paciencia y precisión que se necesita, me fascina todo lo que tenga que ver con crear muebles o estructuras a partir de la madera.
Como los algoritmos lo saben todo de nosotros, hace tiempo que las redes me suelen mostrar el no va más de la carpintería. Porque si, como a mí, poner un tornillo justo en el lugar preciso para que encaje con otra pieza te parece algo complicado, el Sashimono te dejará con el culo torcido.
Esta técnica tradicional de carpintería japonesa tiene su valor en que las piezas se crean y ensamblan sin utilizar clavos ni cola para unirlas. ¿Magia? No, habilidad y mucho trabajo para diseñar el patrón y tallar la madera de manera que todo encaje, formando además muebles extraordinariamente sólidos.
La madera se prepara minuciosamente, cortándola en el sentido de la veta y dejándola secar al aire libre. Una vez alisada, empieza la tarea de vaciar la madera allá donde se necesite un hueco, todo bien medido y pensado para que encaje a la perfección con la pieza correspondiente.
Cuando las piezas están ensambladas, se pulen y se cubren con finas capas de cera o laca. Y el resultado es siempre espectacular.
Existen muchos tipos de juntas, a cada cual más laboriosa y sorprendente, y dentro del Sashimono, hay distintos estilos, los más importantes son: el de Kioto, el de Tokio y el de Osaka:
Kioto: Kio Sashimono.
Tokio: Edo Sashimono
Osaka: Osaka Karaki Sashimono
Con esta técnica milenaria –pero milenaria de verdad– se creaban los muebles y piezas que demandaban los samurais y los actores de Kabuki. Cuando las clases sociales se fueron igualando, el sashimono pasó a ser un lujo accesible para una parte más amplia de la población.
Puedes ampliar la información en estos enlaces:
Estudio Hayabusa | Carpintería japonesa en España
Las vemos cuando viajamos en carretera, en lo alto de las torres de los aerogeneradores eólicos. Las góndolas que albergan los motores de estos molinos, pueden convertirse en pequeñas viviendas tras los veinte años que suele durar su vida útil. Las góndolas tienen una superficie aproximada de 36 metros cuadrados y una altura de 3 metros.