Menú semanal Plus | Cuarta semana de julio de 2024
Una cocina de muñecas. Una señora de la fotografía. La camisa del verano definitiva, la magufada del callo solar y el renacer del envío de postales. Y recetas deliciosas para la semana.
Una semana más, el menú semanal llega para ayudarte a organizar las comidas y cenas de la semana que viene. En tu mano está adaptarlo a tus gustos y necesidades, seguirlo en parte o al pie de la letra. Haz tu lista de la compra y que el lunes te pille en perfecto estado de revista. ¡Que tengas una buena semana!
Encontrarás las recetas del menú semanal organizadas en la última sección de esta newsletter. Es posible que, dependiendo de su extensión, al abrirla desde el correo, la newsletter se vea cortada. Puedes expandirla haciendo click en el título, desde “Ver todo el mensaje” que aparecerá al pie, o desde los enlaces “Ver en navegador” o “Leer en la app” que encontrarás en la parte superior del correo.
La cocina que publiqué hace dos semanas me engañó al ojo al verla por primera vez. Pensé que era la cocina de una casa de muñecas en gran parte por el fogón, que era tan coqueto y con un color tan poco común, que me pareció de juguete.
Esta semana traigo la cocina de una casa de muñecas, esta vez de verdad. Tan cuqui tan cuqui, que parece real si entornas los ojos, pero los cables de las lámparas no perdonan y delatan su origen con esa rigidez inevitable.
Hace muchos años, calculo que veinte, me construí una casa de muñecas por fascículos. Si alguna vez te has preguntado quién es capaz de terminar una colección de fascículos de las que se inician en septiembre –o iniciaban, que no sé si esto sigue siendo tendencia a vuelta de vacaciones como antes– , la respuesta es: la Marta de hace dos décadas.
Dos años estuve recibiendo piezas y recogiéndolas en Correos, creo recordar que cada dos semanas. A veces abrías el paquete, esperando un gran avance en tu casita, y encontrabas una pequeña lama de madera. De ahí salí con la paciencia muy ejercitada.
Linda Merrill no esperó dos años para tener todas las piezas de su casa. Compro un kit en una tienda de segunda mano y le dedicó todo un proyecto con sus inspiraciones y estudios del color. Si es capaz de hacer eso con una casa minúscula de madera, ¿qué no hará en los proyectos reales que lleva como interiorista?
La cocina está abierta al salón y ocupa la planta baja. Linda ha apostado todo al rosa: desde los suelos de baldosas hasta el techo y las paredes en distintos tonos. Estas simulan un entramado de listones de madera pintado de color crudo, igual que los muebles, y las encimeras imitan el mármol.
No le falta un perejil a esta micrococina. Lamparitas colgantes en dorado y vidrio, un fregadero de porcelana vintage, un escurreplatos, una grifería antigua y un aparador de hierro con colgadores. Podría servir perfectamente como inspiración para una cocina real.
Todo de Linda en Instagram
Es conocida por las fotografías que durante muchos años hizo en las fiestas y ferias de los pueblos españoles. Cristina García Rodero siempre me ha fascinado por el contraste entre su obra y su discreción y humildad.
Cuentan que sus maneras y su físico le han permitido ganarse la confianza de las gentes de los pueblos a los que acudía para fotografiar romerías, fiestas regionales, o procesiones.
Incluso conseguía alojarse en las casas de los vecinos, que veían en esa mujer menuda y de mirada franca a alguien merecedor de esa confianza.
Comenzó a fotografiar la vida y las costumbres festivas de las zonas rurales españolas muy joven, a los 23 años, gracias a una beca de la Fundación March. A partir de una romería en una aldea de Pontevedra, comenzó un viaje de muchos años en autobuses de línea, trenes y más tarde en un Simca 1000 preparado para poder dormir en camino.
De todo ese trabajo surgió, 15 años más tarde, su libro “España Oculta”, una representación de los miles de imágenes que disparó durante esos años. Pero García Rodero ha trabajado con otros temas.
El Burning Man del desierto de Nevada, el culto a María Lionza en Venezuela, trabajos en Haití y Cuba, Georgia e India, y también fotografías de encargo como el polémico retrato del expresidente del congreso Manuel Marín o el reportaje a la Familia Real en 2012 para el 40 cumpleaños de la Reina Letizia. En 1999 estuvo en la guerra de Kosovo con el fotoperiodista Gervasio Sánchez.
Durante su carrera ha ganado muchas distinciones, como el Premio Nacional de Fotografía en 1996, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2005 o el premio Ortega y Gasset a la trayectoria profesional en 2024.
Es miembro de la agencia Magnum desde el año 2005 y académica en la Real academia de Bellas Artes de San Fernando desde 2013.
Hasta el 18 de agosto de 2024
Espacio permanente
Si hay un cartel que huele a verano, ese es el de los kioskos de helado. Hace pocos días salía del congelador un nuevo episodio de Ahitas dedicado a los helados con el que abríamos boca para refrescarnos. Pocos días después encontraba a Andrés, una camisa con nombre de señor y vocación heladera con la que, si no te quedas con el personal, es porque no tienen sangre en las venas.