Fondue de queso
Cuando compré mi primer mini slow cooker de litro y medio, tuve claro que haría fondues con ella. Mi primera vez fue con una fondue de chocolate con la que disfrutamos mucho en casa. Después de ese éxito, tenía que caer una fondue de queso sí o sí y, aunque he tardado lo mío en hacerla, aquí está, dispuesta a colarse en las comidas informales del palacete Crockpotting.
Es una receta de las fáciles que solo tiene un par de secretos: usar quesos de verdad y huir de las bolsas de quesos rallados –de los que no podemos decir mucho de su paternidad–, y añadir fécula de patata –se encuentra como espesante en tiendas de alimentación– para que el queso y el vino se unan bien.
La fondue de queso tiene su origen en Suiza y las primeras referencias que se tienen de ella hablan de una mezcla de quesos con huevo y mantequilla. Es en 1885 cuando se empieza a hacer solo con queso y vino, a partir de la publicación de una receta en el libro La cuisine pratique.
Queseros del mundo que tenéis una mini …