A todo buen plato de carne o pescado le hace falta una guarnición para paliar la soledad, que el plato a veces es muy grande y las proteínas se nos ponen tristonas y desangeladas. Las cebollitas francesas glaseadas son un clásico de la cocina francesa. La receta original lleva mantequilla, sal y azúcar, pero al cocinarlas en slow cooker –que potencia los sabores– ocurre el milagro y tan solo necesitamos las susodichas cebollitas y aceite de oliva.
El tiempo largo, la condensación de los jugos de la cebolla y la temperatura, se encargan de estimular al bueno de Maillard para conseguir unas cebollas brillantes, doradas y con una salsa caramelizada para chuparse los dedos. El tiempo de cocción es orientativo y depende del tamaño de las cebollitas y la potencia de cada slow cooker.
En España se encuentran cebollitas de guarnición con un calibre bastante grande –en Francia las hay muy pequeñas, una verdadera delicia– que se ajustan al tiempo recomendando en la receta. El paso del salteado …