Hace unos meses, un buen amigo me preguntaba si merecía la pena hacer bizcochos en slow cooker. Si tú también te haces esa pregunta, la contestación es sí y mucho. ¿Qué ventajas tiene utilizar el slow cooker en lugar del horno para preparar bizcochos? Parece que el horno fuera el único territorio en el que un bizcocho puede ser feliz, crecer y desarrollarse para ser un dulce de altura en tu boca, pero no es así.
Ambos métodos son válidos, aunque uno de ellos sea aún bastante desconocido. Los bizcochos hechos en olla lenta salen muy jugosos –el medio húmedo que se crea en la olla juega a su favor–, dan menos problemas a la hora de crecer y salen más uniformes.
Además del evidente ahorro de energía, este método es una excelente alternativa para las casas en las que no hay horno –que las hay–, o para seguir disfrutando de un bizcocho casero en el desayuno aunque el verano pegue fuerte en tu cocina, porque, ¿quién es el guapo que se atreve a precalentar un horno en medio del estío madrile…